Aquí tenemos el caso de un creyente que pone requisitos para interceder por otro. La petición es un aspecto de la oración donde solicitamos con humildad el favor de Dios para ayudarnos en una o más necesidades. Mientras que un intercesor es una persona que toma el lugar o que suplica en el caso de otra persona. Obviamente, en casos como estos debemos guardarnos de caer en los extremos; hay creyentes que son muy reservados al punto de que no quieren que nadie se entere de sus necesidades y de su vida en sentido general, pero otros son tan abiertos que hasta los secretos familiares lo hacen de conocimiento público a través de un motivo de oración. Realmente hay hermanos que dan ciertos tipos de peticiones generales que no comunican nada; es decir, sin un propósito específico. Tal es el ejemplo de alguien que dice: “Yo quiero que oren por la ciudad”, pero no menciona ningún tipo de necesidad o problemática por la que se tenga que pedir. De manera, que esta es una petición incompleta. Otros piden mal, como dice Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”. Esto sugiere que hay maneras correctas e incorrectas para pedir. En ese sentido, hay ocasiones donde es necesario saber el motivo de una petición, pues pudiera ser una oportunidad para instruir a hermanos que piden mal. Por ejemplo, un día una mujer le pidió a un hermano que la apoyara en oración, cuando él le pregunto cuál era su petición, ella dijo lo siguiente: “Necesito que me ayudes a pedirle a Dios que mi marido, deje a su esposa para vivir conmigo”. Esta es una petición para destruir a un matrimonio, algo totalmente contrario a la palabra y la voluntad de Dios. Sin embargo, no en todos los casos necesitamos saber los detalles de una petición, y aquí tenemos varios ejemplos: - Una hermana pide oración porque se siente mal de salud, por los dolores propios de la costumbre de las mujeres ¿Tiene esa hermana que especificar delante de los hombres que tiene esa situación? - Un hermano pide oración para que Dios le de sabiduría a su familia para tomar una decisión muy importante ¿Tenemos que saber lo que se está conversando en esa familia? - Una hermana que pide por provisión para su hogar ¿Debe dar detalles de todas las precariedades que hay en su casa? También, hay casos donde las necesidades son evidentes. El apóstol Pablo, al finalizar su primera carta a los Tesalonicenses, simplemente dijo en 5:25 “Hermanos, orad por nosotros”. 1 Samuel 1:12-17 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Realmente no necesitamos todos los detalles para interceder por una persona; nuestra labor de intercesor no debe ser obstaculizada por el requisito innecesario en saber cosas personales, pues al fin y al cabo oramos a Aquel que sí lo sabe todo. De manera, que no cometamos la imprudencia de querer saberlo todo, porque por esto muchos han caído en el irrespeto. Tampoco debemos tener ningún tipo de prejuicio por algún hermano que tenga ciertas reservas; cada quien es responsable delante de Dios, y simplemente lo que hacemos es orar a Dios para que se haga Su voluntad. Si tienes algún aporte sobre éste caso, déjanos tu comentario o escríbenos a nuestro correo electrónico. Gracias por tu sintonía, y si Él lo permite nos vemos en el próximo Caso Cristiano.