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Evangelio Diario
LITURGIA - 16 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
III Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
III Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 56, 1-3. 6-8
Salmo 66
Evangelio Juan 5, 33-36

“Las obras que hago dan testimonio de mí”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
La salvación es un don de amor, y como tal, ofrecido a la libertad humana. Siempre, cuando se habla de amor, se habla de libertad. Un amor sin libertad no es amor. Puede ser interés, puede ser miedo, muchas cosas. Pero el amor siempre es libre. Y, siendo libre, requiere una respuesta libre: requiere nuestra conversión. Es decir, se trata de cambiar de mentalidad. Esta es la conversión: cambiar de mentalidad y cambiar de vida, no seguir más los modelos del mundo, sino el de Dios, que es Jesús, como hizo Jesús y como Él nos enseñó. Por eso, cada momento, cada instante de nuestra existencia es un tiempo precioso para amar a Dios y para amar al prójimo, y así entrar en la vida eterna. (Ángelus, 24 enero 2021)


Reflexión del Evangelio de hoy (D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.)
Practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar
Este comienzo del denominado Tercer Isaías ofrece un mensaje optimista respecto a la Salvación que no será exclusiva para Israel, sino para todo aquel que siga con fidelidad al Señor. Y lo hace en un momento de dificultades e incertidumbre para los hebreos, que acaban de volver del Destierro y su tierra está ocupada por habitantes de otros pueblos.

Dios no es privativo de un pueblo ni de una religión, sino que es Padre de todo el género humano y es su máxima alegría otorgarle una Salvación integral que comprende paz y alegría, descubrir su Amor en el que ellos experimentan al dar sin esperar recompensa, a obrar la justicia y a respetar y reconocer a la Fuente de quien todo procede. El mundo, nuestro mundo es llamado a la santidad, a ser el gran Templo del Encuentro.

El nuevo Israel, la Iglesia, que somos todos, está llamada muy especialmente a propiciar este encuentro de Salvación en un mundo global que, sin embargo, se encuentra profundamente dividido. Es necesario implicarse, ser profeta a tiempo y destiempo en los ámbitos que nos movemos cada día para que Dios se haga presente y sea reconocido en verdad por el Amor.

Las obras que hago dan testimonio de mí
El texto del Evangelio de San Juan nos sitúa entre el Antiguo y el Nuevo Testamento y tiene una clarísima conexión con el ya comentado de Isaías. Juan el Bautista es el último profeta de Israel, el que da paso a la Revelación Definitiva de que la Salvación, por fin, ha llegado en la persona de Jesús. Juan es esa lámpara ardiente y brillante que prepara los corazones para la irrupción del Reino.

Juan, pues, alumbra la venida de Jesús en este Adviento y nos invita a una sincera conversión de vida. Porque lo de Juan fue “un instante de luz”, pero el Nacimiento del Señor es el Acontecimiento por antonomasia de que Dios ha venido para quedarse definitivamente entre nosotros y queriendo ser un hombre entre los hombres sin menguar en nada su divinidad. No es testigo, es la propia Luz que ilumina sin deslumbrar y que se hace extraordinaria claridad en el corazón del mundo y de cada hombre.

Que este Adviento que estamos viviendo sea para nosotros un tiempo muy especial de discernimiento interior, de conversión profunda de nuestras miserias y pecados que tanto oscurecen la vida propia y la de nuestros prójimos y de velar con alegría en la espera de la “Luz Verdadera que alumbra a todo hombre”.

"Esperar es un derecho, no un lujo. Esperar no es sólo soñar. Es el medio para transformar los sueños en realidad. Felices los que tienen la audacia de soñar y de estar dispuestos a pagar un precio a fin de que sus sueños puedan hacerse realidad en la historia de los hombres”
(Cardenal Joseph Suenens)



LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 56, 1-3. 6-8
Esto dice el Señor:
"Velen por los derechos de los demás,
practiquen la justicia,
porque mi salvación está a punto de llegar
y mi justicia a punto de manifestarse.
Dichoso el hombre que hace esto y en ello persevera,
el que se abstiene de profanar el sábado,
el que aparta su mano de todo mal.
No diga el extranjero que ha dado su adhesión al Señor:
'Sin duda que el Señor me excluirá de su pueblo'.
A los extranjeros que se han adherido al Señor
para servirlo, amarlo y darle culto,
a los que guardan el sábado sin profanarlo
y se mantienen fieles a mi alianza,
los conduciré a mi monte santo
y los llenaré de alegría en mi casa de oración.

Sus holocaustos y sacrificios serán gratos a mi altar,
porque mi casa será casa de oración
para todos los pueblos".

Esto dice el Señor Dios,
que reúne a los dispersos de Israel:
"A los ya reunidos, todavía añadiré otros".


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Juan
Jn 5, 33-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre".


Oración

Dios compasivo y lleno de amor, que has querido que la luz de Cristo llegue a todos los hombres por medio de la predicación del evangelio, concédenos, a quienes hemos sido llamados para llevar esta buena noticia a los demás, que seamos fieles a este mandato y que nos alegremos cuando un hermano vuelve arrepentido a la casa del Padre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Acción

Dedicaré un momento de oración para pedir a Dios por el bienestar, la bendición y el consuelo de aquellos que considero mis enemigos.
Evangelio Diario LITURGIA - 16 DE DICIEMBRE DE 2022 Ciclo A - Año I - Color Morado III Semana del Tiempo de Adviento Liturgia de las Horas Tomo I III Semana del Salterio Primera Lectura Isaías 56, 1-3. 6-8 Salmo 66 Evangelio Juan 5, 33-36 “Las obras que hago dan testimonio de mí” PALABRAS DEL SANTO PADRE La salvación es un don de amor, y como tal, ofrecido a la libertad humana. Siempre, cuando se habla de amor, se habla de libertad. Un amor sin libertad no es amor. Puede ser interés, puede ser miedo, muchas cosas. Pero el amor siempre es libre. Y, siendo libre, requiere una respuesta libre: requiere nuestra conversión. Es decir, se trata de cambiar de mentalidad. Esta es la conversión: cambiar de mentalidad y cambiar de vida, no seguir más los modelos del mundo, sino el de Dios, que es Jesús, como hizo Jesús y como Él nos enseñó. Por eso, cada momento, cada instante de nuestra existencia es un tiempo precioso para amar a Dios y para amar al prójimo, y así entrar en la vida eterna. (Ángelus, 24 enero 2021) Reflexión del Evangelio de hoy (D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.) Practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar Este comienzo del denominado Tercer Isaías ofrece un mensaje optimista respecto a la Salvación que no será exclusiva para Israel, sino para todo aquel que siga con fidelidad al Señor. Y lo hace en un momento de dificultades e incertidumbre para los hebreos, que acaban de volver del Destierro y su tierra está ocupada por habitantes de otros pueblos. Dios no es privativo de un pueblo ni de una religión, sino que es Padre de todo el género humano y es su máxima alegría otorgarle una Salvación integral que comprende paz y alegría, descubrir su Amor en el que ellos experimentan al dar sin esperar recompensa, a obrar la justicia y a respetar y reconocer a la Fuente de quien todo procede. El mundo, nuestro mundo es llamado a la santidad, a ser el gran Templo del Encuentro. El nuevo Israel, la Iglesia, que somos todos, está llamada muy especialmente a propiciar este encuentro de Salvación en un mundo global que, sin embargo, se encuentra profundamente dividido. Es necesario implicarse, ser profeta a tiempo y destiempo en los ámbitos que nos movemos cada día para que Dios se haga presente y sea reconocido en verdad por el Amor. Las obras que hago dan testimonio de mí El texto del Evangelio de San Juan nos sitúa entre el Antiguo y el Nuevo Testamento y tiene una clarísima conexión con el ya comentado de Isaías. Juan el Bautista es el último profeta de Israel, el que da paso a la Revelación Definitiva de que la Salvación, por fin, ha llegado en la persona de Jesús. Juan es esa lámpara ardiente y brillante que prepara los corazones para la irrupción del Reino. Juan, pues, alumbra la venida de Jesús en este Adviento y nos invita a una sincera conversión de vida. Porque lo de Juan fue “un instante de luz”, pero el Nacimiento del Señor es el Acontecimiento por antonomasia de que Dios ha venido para quedarse definitivamente entre nosotros y queriendo ser un hombre entre los hombres sin menguar en nada su divinidad. No es testigo, es la propia Luz que ilumina sin deslumbrar y que se hace extraordinaria claridad en el corazón del mundo y de cada hombre. Que este Adviento que estamos viviendo sea para nosotros un tiempo muy especial de discernimiento interior, de conversión profunda de nuestras miserias y pecados que tanto oscurecen la vida propia y la de nuestros prójimos y de velar con alegría en la espera de la “Luz Verdadera que alumbra a todo hombre”. "Esperar es un derecho, no un lujo. Esperar no es sólo soñar. Es el medio para transformar los sueños en realidad. Felices los que tienen la audacia de soñar y de estar dispuestos a pagar un precio a fin de que sus sueños puedan hacerse realidad en la historia de los hombres” (Cardenal Joseph Suenens) LECTURA DEL DÍA Lectura del libro de Isaías Is 56, 1-3. 6-8 Esto dice el Señor: "Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse. Dichoso el hombre que hace esto y en ello persevera, el que se abstiene de profanar el sábado, el que aparta su mano de todo mal. No diga el extranjero que ha dado su adhesión al Señor: 'Sin duda que el Señor me excluirá de su pueblo'. A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos a mi altar, porque mi casa será casa de oración para todos los pueblos". Esto dice el Señor Dios, que reúne a los dispersos de Israel: "A los ya reunidos, todavía añadiré otros". EVANGELIO DEL DÍA Lectura del santo evangelio según san Juan Jn 5, 33-36 En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre". Oración Dios compasivo y lleno de amor, que has querido que la luz de Cristo llegue a todos los hombres por medio de la predicación del evangelio, concédenos, a quienes hemos sido llamados para llevar esta buena noticia a los demás, que seamos fieles a este mandato y que nos alegremos cuando un hermano vuelve arrepentido a la casa del Padre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Acción Dedicaré un momento de oración para pedir a Dios por el bienestar, la bendición y el consuelo de aquellos que considero mis enemigos. read more read less

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