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Evangelio Diario
LITURGIA - 21 DE NOVIEMBRE DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Apocalipsis 14, 1-3. 4-5
Salmo 23
Evangelio Lucas 21, 1-4

“Ha echado todo lo que tenía para vivir”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús ha formado una nueva familia, que ya no se basa en vínculos naturales, sino en la fe en Él, en su amor que nos acoge y nos une entre nosotros, en el Espíritu Santo. Todos aquellos que acogen la palabra de Jesús son hijos de Dios y hermanos entre ellos. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros y nos hace ser la familia de Jesús... Aquella respuesta de Jesús no es una falta de respeto por su madre y sus familiares. Más bien, para María es el mayor reconocimiento, porque precisamente ella es la perfecta discípula que ha obedecido en todo a la voluntad de Dios. Que nos ayude la Virgen Madre a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia, regenerando el mundo a una vida nueva. (Angelus, 10 junio 2018)


Reflexión del Evangelio de hoy (D. Oscar Salazar, O.P.)
Hagamos de nuestras vidas un canto de salvación
Intentaremos releer las lecturas que nos presenta la liturgia de hoy, festividad de la presentación de María en el Templo, festividad que narra el protoevangelio de Santiago del primer siglo, desde la entrañable figura de María. Este fragmento del Apocalipsis nos presenta al Cordero, Jesús, en la nueva Sión, acompañado por los elegidos marcados con el nombre del Padre y del Cordero. Frente a los marcados por el signo del maligno, 666, de los dos anteriores capítulos de este libro, estos simbólicos 144 mil, son la primicia de los elegidos de Dios que disfrutan de la música y del concierto majestuoso del elegido de Dios. Juan presenta el destino de los fieles de Yahvé con esta grandilocuente, plástica e idílica imagen. Una sinfonía de naturaleza, arpas y coros que embargan totalmente al vidente. La nueva Sión que promete Jesús a los irreprochables ante Dios, es de otra dimensión para los que siguen al Cordero. Y María es la primera elegida. Y María nos marca el camino: sencillez, humildad, acogida de la palabra de Dios, servicio, atención. Esta fiesta destaca fundamentalmente la plena dedicación de María a las cosas del Señor desde su tierna infancia. María vive constantemente en la presencia y adoración a Dios. Una disposición que le lleva a acoger sus planes salvíficos no solo sin oposición, sino cooperando y haciéndose presente en las actuaciones salvíficas de su Hijo. Nosotros la invocamos y la veneramos como Templo del Señor, camino de salvación, Madre de Jesús y madre nuestra. Y proclamamos con el Magnificat de María nuestro canto de alabanza a Dios desde nuestra pequeñez y buena voluntad

Dios que ve lo escondido nos recompensará
En este evangelio Lucas nos cuenta una anécdota de Jesús en el Templo. La pobre viuda que echa en el cepillo dos reales. Y Jesús reconoce que es el mayor donativo que recoge el cepillo, siendo notablemente menos cuantioso, porque otros echan de lo que les sobra y ella, que pasa necesidad, echa lo que necesita para vivir.

Jesús, con ese hecho que narra el evangelio de Lucas, nos plantea una serie de interrogantes cruciales para nuestra vida. No basta con quedarse en “qué admirable era la viuda aquella” o “qué buena mujer y qué valiente, darlo todo". El evangelio hay que interiorizarlo, escuchar la palabra que nos es dirigida a cada uno de nosotros y responderla. Dice Jesús que aquella mujer pasaba necesidad. Jesús percibe la situación lastimosa de la mujer, sintoniza con ella. Siente que tiene una vida difícil. No es nuestro caso, en general, pero ¿somos capaces de sintonizar con los apuros de nuestros prójimos, como lo siente Jesús?

La segunda cuestión que nos plantea la necesidad de esta viuda reclama nuestro pensamiento en el estilo de vida, de necesidades y lujos de los que nos rodeamos. La sociedad nos lleva a una vida de consumos y apariencias, cuando la realidad de tanta pobreza en nuestro mundo nos obligaría a una vida digna pero austera, una sensibilidad ecológica y solidaria, comprometida con la igualdad y el respeto por los pobres y perjudicados del planeta.

Otra tercera cuestión, más personal y directa, sería el compromiso en la búsqueda de soluciones para los que pasan necesidad y sufren las diferencias enormes entre los pueblos. Sentir que Dios nos hace hermanos y nos vincula a todos en esa nueva creación, nos llama a la Sión definitiva, supone que nuestro estilo de vida en este mundo debe ser “irreprochable” que dice el Apocalipsis, es decir, vivir en la misericordia, la dignidad, la libertad y el amor, siendo un canto de salvación y de paz con nuestros semejantes.

Hagamos del Magnificat nuestro canto de alabanza y compromiso con la construcción del Reino de Dios.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro del Apocalipsis
Apoc 14,1-3. 4b-5
Yo, Juan, tuve otra visión: Vi al Cordero, en pie sobre el monte Sión y con él, ciento cuarenta y cuatro mil personas, que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.
Y oí un ruido que venía del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de un trueno poderoso; el ruido que oía era como el de un gran coro acompañado de arpas. Cantaban un cántico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los ancianos.
Y nadie podía cantar el cántico, fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que acompañan al Cordero a dondequiera que va; estos son los que han sido rescatados de entre los hombres, las primicias para Dios y para el Cordero; en la boca de ellos no hubo mentira y son irreprochables ante Dios.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 2,:1-4
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”.


Oración

Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo Jesús y por medio del Espíritu hacerme partícipe de la gracia santificante; te pido que, en virtud de ella, me formes para ser de los que acompañan al Cordero, tu Hijo, a donde quiera que va. Quiero ser de los rescatados de entre los hombres y de las primicias para ti y para el Cordero; revísteme de tu fuerza para que en mi boca no haya mentira y sea irreprochable ante ti.

Acción

Hoy voy a revisar qué tantas veces doy rienda suelta a mi boca y dejo que mienta, y en qué aspectos de mi vida Dios podría reprocharme algo. Pediré perdón y enmendaré mi conducta.
Evangelio Diario LITURGIA - 21 DE NOVIEMBRE DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XXXIV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II II Semana del Salterio Primera Lectura Apocalipsis 14, 1-3. 4-5 Salmo 23 Evangelio Lucas 21, 1-4 “Ha echado todo lo que tenía para vivir” PALABRAS DEL SANTO PADRE Jesús ha formado una nueva familia, que ya no se basa en vínculos naturales, sino en la fe en Él, en su amor que nos acoge y nos une entre nosotros, en el Espíritu Santo. Todos aquellos que acogen la palabra de Jesús son hijos de Dios y hermanos entre ellos. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros y nos hace ser la familia de Jesús... Aquella respuesta de Jesús no es una falta de respeto por su madre y sus familiares. Más bien, para María es el mayor reconocimiento, porque precisamente ella es la perfecta discípula que ha obedecido en todo a la voluntad de Dios. Que nos ayude la Virgen Madre a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia, regenerando el mundo a una vida nueva. (Angelus, 10 junio 2018) Reflexión del Evangelio de hoy (D. Oscar Salazar, O.P.) Hagamos de nuestras vidas un canto de salvación Intentaremos releer las lecturas que nos presenta la liturgia de hoy, festividad de la presentación de María en el Templo, festividad que narra el protoevangelio de Santiago del primer siglo, desde la entrañable figura de María. Este fragmento del Apocalipsis nos presenta al Cordero, Jesús, en la nueva Sión, acompañado por los elegidos marcados con el nombre del Padre y del Cordero. Frente a los marcados por el signo del maligno, 666, de los dos anteriores capítulos de este libro, estos simbólicos 144 mil, son la primicia de los elegidos de Dios que disfrutan de la música y del concierto majestuoso del elegido de Dios. Juan presenta el destino de los fieles de Yahvé con esta grandilocuente, plástica e idílica imagen. Una sinfonía de naturaleza, arpas y coros que embargan totalmente al vidente. La nueva Sión que promete Jesús a los irreprochables ante Dios, es de otra dimensión para los que siguen al Cordero. Y María es la primera elegida. Y María nos marca el camino: sencillez, humildad, acogida de la palabra de Dios, servicio, atención. Esta fiesta destaca fundamentalmente la plena dedicación de María a las cosas del Señor desde su tierna infancia. María vive constantemente en la presencia y adoración a Dios. Una disposición que le lleva a acoger sus planes salvíficos no solo sin oposición, sino cooperando y haciéndose presente en las actuaciones salvíficas de su Hijo. Nosotros la invocamos y la veneramos como Templo del Señor, camino de salvación, Madre de Jesús y madre nuestra. Y proclamamos con el Magnificat de María nuestro canto de alabanza a Dios desde nuestra pequeñez y buena voluntad Dios que ve lo escondido nos recompensará En este evangelio Lucas nos cuenta una anécdota de Jesús en el Templo. La pobre viuda que echa en el cepillo dos reales. Y Jesús reconoce que es el mayor donativo que recoge el cepillo, siendo notablemente menos cuantioso, porque otros echan de lo que les sobra y ella, que pasa necesidad, echa lo que necesita para vivir. Jesús, con ese hecho que narra el evangelio de Lucas, nos plantea una serie de interrogantes cruciales para nuestra vida. No basta con quedarse en “qué admirable era la viuda aquella” o “qué buena mujer y qué valiente, darlo todo". El evangelio hay que interiorizarlo, escuchar la palabra que nos es dirigida a cada uno de nosotros y responderla. Dice Jesús que aquella mujer pasaba necesidad. Jesús percibe la situación lastimosa de la mujer, sintoniza con ella. Siente que tiene una vida difícil. No es nuestro caso, en general, pero ¿somos capaces de sintonizar con los apuros de nuestros prójimos, como lo siente Jesús? La segunda cuestión que nos plantea la necesidad de esta viuda reclama nuestro pensamiento en el estilo de vida, de necesidades y lujos de los que nos rodeamos. La sociedad nos lleva a una vida de consumos y apariencias, cuando la realidad de tanta pobreza en nuestro mundo nos obligaría a una vida digna pero austera, una sensibilidad ecológica y solidaria, comprometida con la igualdad y el respeto por los pobres y perjudicados del planeta. Otra tercera cuestión, más personal y directa, sería el compromiso en la búsqueda de soluciones para los que pasan necesidad y sufren las diferencias enormes entre los pueblos. Sentir que Dios nos hace hermanos y nos vincula a todos en esa nueva creación, nos llama a la Sión definitiva, supone que nuestro estilo de vida en este mundo debe ser “irreprochable” que dice el Apocalipsis, es decir, vivir en la misericordia, la dignidad, la libertad y el amor, siendo un canto de salvación y de paz con nuestros semejantes. Hagamos del Magnificat nuestro canto de alabanza y compromiso con la construcción del Reino de Dios. LECTURA DEL DÍA Lectura del libro del Apocalipsis Apoc 14,1-3. 4b-5 Yo, Juan, tuve otra visión: Vi al Cordero, en pie sobre el monte Sión y con él, ciento cuarenta y cuatro mil personas, que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Y oí un ruido que venía del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de un trueno poderoso; el ruido que oía era como el de un gran coro acompañado de arpas. Cantaban un cántico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los ancianos. Y nadie podía cantar el cántico, fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que acompañan al Cordero a dondequiera que va; estos son los que han sido rescatados de entre los hombres, las primicias para Dios y para el Cordero; en la boca de ellos no hubo mentira y son irreprochables ante Dios. EVANGELIO DEL DÍA Lectura del santo evangelio según san Lucas Lc 2,:1-4 En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”. Oración Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo Jesús y por medio del Espíritu hacerme partícipe de la gracia santificante; te pido que, en virtud de ella, me formes para ser de los que acompañan al Cordero, tu Hijo, a donde quiera que va. Quiero ser de los rescatados de entre los hombres y de las primicias para ti y para el Cordero; revísteme de tu fuerza para que en mi boca no haya mentira y sea irreprochable ante ti. Acción Hoy voy a revisar qué tantas veces doy rienda suelta a mi boca y dejo que mienta, y en qué aspectos de mi vida Dios podría reprocharme algo. Pediré perdón y enmendaré mi conducta. read more read less

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