El manejo de las mentes se volvió abusivo para poder gobernar las almas y las energías de la gente. Se dejó de valorar la intuición y el pensamiento se volvió puramente intelectual. A lo largo de los últimos dos mil años entregamos lentamente nuestro poder permitiendo a otros que nos digan que pensar y aceptando que nuestra conexión con el espíritu solo se podía hacer por medio de intermediarios.
El manejo de las mentes se volvió abusivo para poder gobernar las almas y las energías de la gente. Se dejó de valorar la intuición y el pensamiento se volvió puramente intelectual. A lo largo de los últimos dos mil años entregamos lentamente nuestro poder permitiendo a otros que nos digan que pensar y aceptando que nuestra conexión con el espíritu solo se podía hacer por medio de intermediarios.
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