[Día de retiro con la comunidad Camino de la Esperanza, charla 1 de 3]

Tres líneas de revelación podemos discernir en el el Antiguo Testamento en lo que toca al conocimiento del Espíritu Santo.

Una es la línea del PODER: es el descubrimiento de una fuerza sobrenatural, un valor excepcional y una radical confianza en la victoria divina.

La segunda es la línea de la LUZ, que se manifiesta primero como discernimiento para encontrar y defender lo que es justo en las disputas de los hijos de Israel; esta línea conduce a la búsqueda de la sabiduría y la obtención del conocimiento de las cosas divinas y las causas profundas de las realidades humanas.

Estas dos primeras líneas las vemos unirse en la ASTUCIA DIVINA que brilla en el rey David.

La tercera línea es la del AMOR, que también aparece con David. Es un profundo respeto a la unción de Dios, que conduce al don del Santo Temor pero que luego se manifiesta en dulce y profunda devoción hacia las cosas de Dios.