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Como buena Sagitario, estoy en constante búsqueda de respuestas sobre qué es esto de existir, para qué estamos aquí, cómo puedo mejorar mi existencia, entender patrones de comportamiento y de cómo “hackearlos” a mi favor.
Porque como dice el bioquímico, neurocientífico, profesor, escritor e investigador estadounidense.
Joe Dispenza “yo soy la historia que me cuento”
En el momento en que mi cabeza se dio cuenta de que EL PODER SOBRE MI VIDA lo tengo YO, mi vida hizo “click”.
Por fin he entendido que NUESTRA PERCEPCIÓN del mundo genera el tipo de PENSAMIENTOS que tenemos, y que esos pensamientos crean EMOCIONES, y que esas emociones marcan las ACCIONES que tomamos cada día.
Y que ésta sucesión de acciones es lo que forma nuestras EXPERIENCIAS.
Y van pasando los días, y nos damos cuenta que el cúmulo de esas experiencias es lo que llamamos VIDA.
Por lo tanto, caí en la cuenta de que si quería CAMBIAR algo en mi vida, tenía que CAMBIAR mi percepción de las cosas.
Pero me refiero a la percepción de TODO: de lo que pensaba que eran exigencias de madre, de lo que me tomaba como expectativas de mi padre, de lo que pensaba que me dictaba la sociedad que yo debía ser, de lo que me decían mis compañeros y jefes en el trabajo, de lo que elegía ver en las redes sociales, de lo que escuchaba en la radio y en la TV, de la situación política, de mi relación con la comida, de la visión que tenía sobre mí misma... TODO.
Mi percepción, o lo que es lo mismo, la historia que me estoy contando a mí misma, es lo que determina cómo actúo en la vida.
Yo soy responsable de mis percepciones.
Mis percepciones del exterior están condicionados por cómo he aprendido a responder ante el mundo desde que era un bebé y se sigue formando con velocidad hasta los 7 años... y más progresivamente hasta los 25 años.
Esas “creencias” instaladas a edades tempranas a veces juegan a nuestro favor y en muchas otras ocasiones nos limitan, porque estamos funcionando hoy de la misma manera que cuando nos funcionaba, por ejemplo, a los 6 años.
La buena noticia es que somos, lo que llaman en la ciencia, Neuro Plásticos. Y hablan de plasticidad moldeable, como plastilina, no como plástico.
Después de los 25 años se requiere más atención por nuestra parte para trabajar esta neuroplasticidad y depende mucho mas de nuestras ganas de cambio, motivación y fuerza de voluntad.
El tema es que si seguimos esperando que "lo de afuera" nos provoque ese cambio, es posible que sintamos bastante frustración.
¿Y esto por qué?
SI siento que necesito un cambio ha de ser desde el mismo lugar que me alerta de que necesito un cambio.
Por ejemplo, estoy sentad@ en el suelo en una misma posición durante un tiempo largo y me empieza a doler la espalda. La espalda, a través del dolor, me está diciendo que quiere cambiar de posición...
¿voy a esperar a que alguien venga y me cambie de postura? ¿voy a esperar sentad@?
Pues es lo mismo que con el dolor emocional, con las alteraciones nerviosas, con nuestros conflictos mentales, relaciones con los demás o situación de trabajo o financiera…
Yo soy responsable de ser consciente de TODO MI YO y de si siento alguna incomodidad o ya dolor, puedo elegir hacer el cambio DESDE MI.
Y aquí es cuando entran en juego los HÁBITOS.
¿Qué cosas, pensamientos, emociones o acciones estamos repitiendo constantemente con los cuales pretendemos conseguir un resultado mejor que la ultima vez que los repetimos?
