00:00
04:43
En pleno verano, y con un calor asfixiante, pocas cosas hay más refrescantes y satisfactorias que tomarse un trozo de melón o sandía. Se puede tomar a cualquier hora del día. Se puede tomar de muchas formas, ya sea en crudo o en alguna elaboración. ¡Y además son alimentos sanísimos! Son todo ventajas.

Pero la alegría de los consumidores contrasta con la incertidumbre que se ciñe sobre los productores. Con la campaña de recogida entrando en su fase final, los agricultores están viviendo el verano con miedo e incertidumbre.

Tras un año 2020 muy bueno, ahora tienen numerosos frentes abiertos, y que están lastrando los precios de los melones y las sandías.

El principal problema para el sector este año es la temperatura. Y no nos referimos a la que registra España, sino a la del resto de países. Hay que tener en cuenta dos cosas: que gran parte de la producción se dedica a la exportación, principalmente a países del centro y del norte de Europa como Alemania, Bélgica, Reino Unido o Noruega. Y que el melón y la sandía necesitan un clima veraniego que potencie su efecto refrescante. Y la climatología adversa que han sufrido muchos países de estos y el retraso en la llegada de las altas temperaturas, han provocado que las exportaciones estén siendo flojas.

Porque además los retrasos provocan que el producto español entre a competir directamente con los de otros países que tienen otros calendarios. Es lo que pasa con los procedentes de Grecia, de Italia, y sobre todo de Marruecos. Con el país norteafricano la competencia además se hace desde una posición de desventaja, debido a las condiciones en las que se trabaja allí, sin cumplir gran parte de la normativa que se exige a los países europeos. De hecho, la sandía y el melón se han convertido, junto con el tomate, en dos de los productos más perjudicados por la competencia marroquí.

¿En qué se traduce todo esto? En una gran caída de los precios. Para la campaña almeriense, más temprana, ya no hay solución. Han cerrado la campaña con pérdidas que alcanzan los 75 millones de euros, según estimaciones de ASAJA. La crisis de precios ha afectado a algunas variedades más que a otras; por ejemplo, el melón amarillo, un producto con un mercado específico, ha sido un total desastre con una media hasta el momento de 18 céntimos en la campaña. El panorama para la sandía ha sido similar o incluso peor ya que con una media de la campaña de alrededor de 20 céntimos tanto la rayada como la negra sin semillas las pérdidas son de unos 6.000 euros por hectárea. Es, sin duda, una de las peores campañas de los últimos años.

En el conjunto de Andalucía, de momento, los precios son casi un 40% inferiores a los registrados el año pasado.

En Murcia los precios también están por debajo de la anterior campaña, pero aún tienen fe en que hasta el final de la temporada se corrijan un poco al alza y puedan salvar la situación.

Mientras que en Castilla La Mancha son más optimistas. Este año, gracias a la labor de programación y planificación, han apostado más por la sandía y menos por el melón. Y confían en que el hecho de que su campaña sea posterior, lo que les permite evitar la competencia marroquí, mantenga los precios más estables y no tengan que vender a pérdidas.
En pleno verano, y con un calor asfixiante, pocas cosas hay más refrescantes y satisfactorias que tomarse un trozo de melón o sandía. Se puede tomar a cualquier hora del día. Se puede tomar de muchas formas, ya sea en crudo o en alguna elaboración. ¡Y además son alimentos sanísimos! Son todo ventajas. Pero la alegría de los consumidores contrasta con la incertidumbre que se ciñe sobre los productores. Con la campaña de recogida entrando en su fase final, los agricultores están viviendo el verano con miedo e incertidumbre. Tras un año 2020 muy bueno, ahora tienen numerosos frentes abiertos, y que están lastrando los precios de los melones y las sandías. El principal problema para el sector este año es la temperatura. Y no nos referimos a la que registra España, sino a la del resto de países. Hay que tener en cuenta dos cosas: que gran parte de la producción se dedica a la exportación, principalmente a países del centro y del norte de Europa como Alemania, Bélgica, Reino Unido o Noruega. Y que el melón y la sandía necesitan un clima veraniego que potencie su efecto refrescante. Y la climatología adversa que han sufrido muchos países de estos y el retraso en la llegada de las altas temperaturas, han provocado que las exportaciones estén siendo flojas. Porque además los retrasos provocan que el producto español entre a competir directamente con los de otros países que tienen otros calendarios. Es lo que pasa con los procedentes de Grecia, de Italia, y sobre todo de Marruecos. Con el país norteafricano la competencia además se hace desde una posición de desventaja, debido a las condiciones en las que se trabaja allí, sin cumplir gran parte de la normativa que se exige a los países europeos. De hecho, la sandía y el melón se han convertido, junto con el tomate, en dos de los productos más perjudicados por la competencia marroquí. ¿En qué se traduce todo esto? En una gran caída de los precios. Para la campaña almeriense, más temprana, ya no hay solución. Han cerrado la campaña con pérdidas que alcanzan los 75 millones de euros, según estimaciones de ASAJA. La crisis de precios ha afectado a algunas variedades más que a otras; por ejemplo, el melón amarillo, un producto con un mercado específico, ha sido un total desastre con una media hasta el momento de 18 céntimos en la campaña. El panorama para la sandía ha sido similar o incluso peor ya que con una media de la campaña de alrededor de 20 céntimos tanto la rayada como la negra sin semillas las pérdidas son de unos 6.000 euros por hectárea. Es, sin duda, una de las peores campañas de los últimos años. En el conjunto de Andalucía, de momento, los precios son casi un 40% inferiores a los registrados el año pasado. En Murcia los precios también están por debajo de la anterior campaña, pero aún tienen fe en que hasta el final de la temporada se corrijan un poco al alza y puedan salvar la situación. Mientras que en Castilla La Mancha son más optimistas. Este año, gracias a la labor de programación y planificación, han apostado más por la sandía y menos por el melón. Y confían en que el hecho de que su campaña sea posterior, lo que les permite evitar la competencia marroquí, mantenga los precios más estables y no tengan que vender a pérdidas. read more read less

2 years ago #2021, #agricultores, #agricultura, #agroalimentación, #almería, #campaña, #grecia, #italia, #marruecos, #melon, #sandía