El padre Marocho era uno de los sacerdotes más sabios y eruditos de la provincia de los agustinos en Michoacán. Su sabiduría no solo le daba para debatir y aconsejar a los integrantes de su congregación: también servía para no dejarse asustar por fantasmas y diablillos. Al contrario, los lograba domesticar y poner a su servicio.
El padre Marocho era uno de los sacerdotes más sabios y eruditos de la provincia de los agustinos en Michoacán. Su sabiduría no solo le daba para debatir y aconsejar a los integrantes de su congregación: también servía para no dejarse asustar por fantasmas y diablillos. Al contrario, los lograba domesticar y poner a su servicio.
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