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Hoy comenzamos el libro de los salmos. Este libro es un conjunto de 150 canciones y oraciones en poesía hebrea, escritas a través de la historia del pueblo judío. Setenta y tres salmos son atribuidos al rey David, y el resto pertenecen a varios autores, entre ellos Asaf, los hijos de Coré, Moisés, Salomón.

El libro tiene dos salmos introductorios que presentan dos temas recurrentes en el libro y acaba con cinco salmos de alabanza a Dios.

El libro de los Salmos está dividido en cinco libros, y cada uno de ellos acaba con una afirmación similar:

“Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad;” (41:13; 72:18-19; 89:51; 106:18)

Los Salmos 1 y 2 presentan dos temas que están presentes en cada uno de los cinco libros.

El Salmo 1 habla de lo bienaventurada que es la persona que medita en la ley de Dios (la Torá) y sigue lo que Dios ha establecido. Curiosamente, menciona el video del Proyecto Bíblia cómo los cinco libros de los Salmos son como los cinco libros de Moisés, y dan la idea de una Torá sobre la oración.

El salmo 2 presenta una reflexión sobre la promesa que Dios dio sobre el Mesías que había de venir a redimir y salvar a su pueblo de la maldad.

En el día de hoy quisiera tratar el salmo 1: La bienaventuranza de la persona que sigue al Señor contrastada con el destino de aquellos que lo siguen su propio camino.

Esta reflexión de hoy la quiero dedicar a mi abuelita Mercedes. Este es el día en que ella ha visto a Dios cara a cara. 1 Corintios 13:12 dice

“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.”

Puedo afirmar que ella sí conoce a Dios ahora. Lo conocía antes a través de Su Palabra. Desde el momento en que tuvo su primer encuentro personal con Dios, hace ya más de cuarenta años, mi abuela ha puesto su fe en Cristo, ha leído la Palabra de Dios diariamente, ha seguido a Cristo, ha memorizado su Palabra, y ha compartido con cada persona con la que ha tenido contacto, porque amaba a Su Señor sobre todas las cosas. Su vida no ha sido fácil. Ha tenido que trabajar muchos. Perdió a su padre por culpa de la guerra a una edad muy temprana, dejó a un lado su sueño de ser maestra para criar a ocho hijos y trabajar con su marido en la tienda que tenían. Ha sufrido tristezas, pérdidas, y dificultades. Pero se puede decir de mi abuelita que ella ha sido fiel a Dios. La Palabra de Dios ha sido una lámpara a sus pies, como dice el Salmo 119:105. Y creo que ella también afirmaría que ha sido bienaventurada. Veamos su secreto a través de unos de los salmos que ella solía repetir; Salmo 1

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
 Ni estuvo en camino de pecadores,
 Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.

No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.


Ella está ahora en la congregación de los justos; está en la presencia de Su Señor. El Señor Jehová ha conocido el camino de mi abuela, no porque ella fuera perfecta, sino porque ella recibió la justicia de Cristo al recibir el regalo de salvación de Cristo en la cruz.

Como árbol plantado junto a las aguas, tenía las raíces bien arraigadas, de modo que las corrientes no podían arrancar aquellas verdades de la Palabra.

Y por lo tanto, Dios ha dado fruto y lo seguirá dando, en su tiempo. Por eso aunque ya ha fallecido, su hoja no cae; por eso ha prosperado, no en que todo le ha salido a la perfección, sino que su fin ha sido la morada eterna con su Salvador, el Mesías.

Los malos vienen y van, mas los que aman a Jehová perduran en la eternidad.

Por eso estoy confiada; por eso estoy tranquila, porque conozco a aquel en quien mi abuelita ha confiado su alma; y sé que sus promesas son fieles y son eternas.

Con gozo me adentro en el libro de los salmos, porque al leerlos recordaré las veces en que leíamos para mi abuela y ella los recitaba con nosotros.

En la ley de Jehová estaba su delicia, y en su ley ha meditado, de día y de noche. Bienaventurada sea, bienaventurada es. Bendito sea al nombre del Señor, desde la eternidad, y hasta la eternidad.
Hoy comenzamos el libro de los salmos. Este libro es un conjunto de 150 canciones y oraciones en poesía hebrea, escritas a través de la historia del pueblo judío. Setenta y tres salmos son atribuidos al rey David, y el resto pertenecen a varios autores, entre ellos Asaf, los hijos de Coré, Moisés, Salomón. El libro tiene dos salmos introductorios que presentan dos temas recurrentes en el libro y acaba con cinco salmos de alabanza a Dios. El libro de los Salmos está dividido en cinco libros, y cada uno de ellos acaba con una afirmación similar: “Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad;” (41:13; 72:18-19; 89:51; 106:18) Los Salmos 1 y 2 presentan dos temas que están presentes en cada uno de los cinco libros. El Salmo 1 habla de lo bienaventurada que es la persona que medita en la ley de Dios (la Torá) y sigue lo que Dios ha establecido. Curiosamente, menciona el video del Proyecto Bíblia cómo los cinco libros de los Salmos son como los cinco libros de Moisés, y dan la idea de una Torá sobre la oración. El salmo 2 presenta una reflexión sobre la promesa que Dios dio sobre el Mesías que había de venir a redimir y salvar a su pueblo de la maldad. En el día de hoy quisiera tratar el salmo 1: La bienaventuranza de la persona que sigue al Señor contrastada con el destino de aquellos que lo siguen su propio camino. Esta reflexión de hoy la quiero dedicar a mi abuelita Mercedes. Este es el día en que ella ha visto a Dios cara a cara. 1 Corintios 13:12 dice “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.” Puedo afirmar que ella sí conoce a Dios ahora. Lo conocía antes a través de Su Palabra. Desde el momento en que tuvo su primer encuentro personal con Dios, hace ya más de cuarenta años, mi abuela ha puesto su fe en Cristo, ha leído la Palabra de Dios diariamente, ha seguido a Cristo, ha memorizado su Palabra, y ha compartido con cada persona con la que ha tenido contacto, porque amaba a Su Señor sobre todas las cosas. Su vida no ha sido fácil. Ha tenido que trabajar muchos. Perdió a su padre por culpa de la guerra a una edad muy temprana, dejó a un lado su sueño de ser maestra para criar a ocho hijos y trabajar con su marido en la tienda que tenían. Ha sufrido tristezas, pérdidas, y dificultades. Pero se puede decir de mi abuelita que ella ha sido fiel a Dios. La Palabra de Dios ha sido una lámpara a sus pies, como dice el Salmo 119:105. Y creo que ella también afirmaría que ha sido bienaventurada. Veamos su secreto a través de unos de los salmos que ella solía repetir; Salmo 1 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
 Ni estuvo en camino de pecadores,
 Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá. Ella está ahora en la congregación de los justos; está en la presencia de Su Señor. El Señor Jehová ha conocido el camino de mi abuela, no porque ella fuera perfecta, sino porque ella recibió la justicia de Cristo al recibir el regalo de salvación de Cristo en la cruz. Como árbol plantado junto a las aguas, tenía las raíces bien arraigadas, de modo que las corrientes no podían arrancar aquellas verdades de la Palabra. Y por lo tanto, Dios ha dado fruto y lo seguirá dando, en su tiempo. Por eso aunque ya ha fallecido, su hoja no cae; por eso ha prosperado, no en que todo le ha salido a la perfección, sino que su fin ha sido la morada eterna con su Salvador, el Mesías. Los malos vienen y van, mas los que aman a Jehová perduran en la eternidad. Por eso estoy confiada; por eso estoy tranquila, porque conozco a aquel en quien mi abuelita ha confiado su alma; y sé que sus promesas son fieles y son eternas. Con gozo me adentro en el libro de los salmos, porque al leerlos recordaré las veces en que leíamos para mi abuela y ella los recitaba con nosotros. En la ley de Jehová estaba su delicia, y en su ley ha meditado, de día y de noche. Bienaventurada sea, bienaventurada es. Bendito sea al nombre del Señor, desde la eternidad, y hasta la eternidad. read more read less

10 months ago #abuela, #bienaventurado, #bienaventuranza, #confianza, #eternidad, #fe, #muerte, #señor