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«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» (Jeremías 29:11)

Esta frase proviene de una carta que escribió Jeremías al primer grupo de los cautivos que fueron a Babilonia. De hecho, en el libro de Daniel vemos que Daniel mismo había leído esta carta y la guardaba en su memoria, porque 70 años después, cuando se había cumplido el tiempo que había profetizado Jeremías, Daniel lo llevó ante el Señor en oración (Daniel 9:2). Y por supuesto, Dios cumplió su palabra para visitar a su pueblo y despertar sobre ellos su buena palabra (29:10). Aquí encontramos la razón por la cual Dios promete revocar la cautividad de su pueblo: Dios tiene pensamientos de paz y no de mal para su pueblo. Nos es fácil llegar a pensar que Dios nos tiene manía o que se ha olvidado de nosotros. Pero este versículo nos recuerda que no es así. Dios busca nuestra paz, y quiere darnos el fin que esperamos. Pero muchas veces, para darnos esa paz y ese fin, primero tenemos que pasar por dificultades y dolores. La buena noticia es que nuestro Buen Pastor siempre nos acompaña en el valle de la sombra de muerte. Allí nos protege y guía para darnos paz y llevarnos al destino que esperamos. Tal como Dios devolvió a los cautivos a Jerusalén después de 70 años en Babilonia, nos guiará por las dificultades de esta vida para llevarnos a su presencia, el fin que espera cada creyente.

Recordemos hoy que los pensamientos de Dios para su pueblo son de paz. Sigamos esperando en el buen fin que tiene el Señor para nosotros. (David Bell)
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» (Jeremías 29:11) Esta frase proviene de una carta que escribió Jeremías al primer grupo de los cautivos que fueron a Babilonia. De hecho, en el libro de Daniel vemos que Daniel mismo había leído esta carta y la guardaba en su memoria, porque 70 años después, cuando se había cumplido el tiempo que había profetizado Jeremías, Daniel lo llevó ante el Señor en oración (Daniel 9:2). Y por supuesto, Dios cumplió su palabra para visitar a su pueblo y despertar sobre ellos su buena palabra (29:10). Aquí encontramos la razón por la cual Dios promete revocar la cautividad de su pueblo: Dios tiene pensamientos de paz y no de mal para su pueblo. Nos es fácil llegar a pensar que Dios nos tiene manía o que se ha olvidado de nosotros. Pero este versículo nos recuerda que no es así. Dios busca nuestra paz, y quiere darnos el fin que esperamos. Pero muchas veces, para darnos esa paz y ese fin, primero tenemos que pasar por dificultades y dolores. La buena noticia es que nuestro Buen Pastor siempre nos acompaña en el valle de la sombra de muerte. Allí nos protege y guía para darnos paz y llevarnos al destino que esperamos. Tal como Dios devolvió a los cautivos a Jerusalén después de 70 años en Babilonia, nos guiará por las dificultades de esta vida para llevarnos a su presencia, el fin que espera cada creyente. Recordemos hoy que los pensamientos de Dios para su pueblo son de paz. Sigamos esperando en el buen fin que tiene el Señor para nosotros. (David Bell) read more read less

2 years ago #bell, #biblia, #david, #devocional, #jeremias, #paz, #voluntad