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«Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.» (Lamentaciones 2:14)

La triste situación del juicio contra Jerusalén en parte tenía que ver con los falsos profetas. Dieron al pueblo una falsa esperanza, haciéndoles pensar que estaban bien con su Dios y que jamás podría ocurrir nada malo. Después de todo, decían, Dios no iba a dejar que su templo cayera en manos de los gentiles. Paz y prosperidad predicaban al pueblo y el pueblo escogió ese mensaje por encima de la verdad que predicaban los verdaderos profetas como Jeremías y Ezequiel. Estas falsas visiones se describen aquí como vanidad y locura. Al final del versículo repite el pensamiento y describe las profecías como vanas e incluso extravíos. Los profetas estaban engañando al pueblo con palabras vacías que agradaban, pero tendrían que haber predicado la verdad para que el pueblo se arrepintiera y encontrara misericordia de Dios. El profeta debería haber actuado como un médico que avisa de enfermedad para que se pueda tratar, en vez de ocultarla y engañar al paciente supuestamente por “compasión” para que el paciente no sufra. La Biblia es nuestro profeta y si la leemos bien, nos habla claramente de la verdad, descubriendo el pecado y señalando el camino correcto. En su misericordia, Dios nos ha hablado toda la verdad que necesitamos escuchar.

Escuchemos con atención lo que Dios tiene para nosotros hoy en la Palabra. Su mensaje no es vanidad ni extravíos. (David Bell)
«Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.» (Lamentaciones 2:14) La triste situación del juicio contra Jerusalén en parte tenía que ver con los falsos profetas. Dieron al pueblo una falsa esperanza, haciéndoles pensar que estaban bien con su Dios y que jamás podría ocurrir nada malo. Después de todo, decían, Dios no iba a dejar que su templo cayera en manos de los gentiles. Paz y prosperidad predicaban al pueblo y el pueblo escogió ese mensaje por encima de la verdad que predicaban los verdaderos profetas como Jeremías y Ezequiel. Estas falsas visiones se describen aquí como vanidad y locura. Al final del versículo repite el pensamiento y describe las profecías como vanas e incluso extravíos. Los profetas estaban engañando al pueblo con palabras vacías que agradaban, pero tendrían que haber predicado la verdad para que el pueblo se arrepintiera y encontrara misericordia de Dios. El profeta debería haber actuado como un médico que avisa de enfermedad para que se pueda tratar, en vez de ocultarla y engañar al paciente supuestamente por “compasión” para que el paciente no sufra. La Biblia es nuestro profeta y si la leemos bien, nos habla claramente de la verdad, descubriendo el pecado y señalando el camino correcto. En su misericordia, Dios nos ha hablado toda la verdad que necesitamos escuchar. Escuchemos con atención lo que Dios tiene para nosotros hoy en la Palabra. Su mensaje no es vanidad ni extravíos. (David Bell) read more read less

about 1 year ago #bell, #biblia, #david, #devoconal, #lamentaciones, #verdad