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«Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.» (Salmo 138:8)

Encuentro mucho consuelo en las palabras finales de este salmo. Lo primero que me anima es el pensamiento que Dios tiene un propósito para mí. Que el Dios del cielo tenga planes para mi vida es una demostración de su amor y de su gracia. Lo segundo que me anima es la afirmación que Dios cumplirá ese propósito en mí. El Dios todopoderoso cumplirá su plan. No hay nada ni nadie que pueda impedir o deshacer los planes que Dios tiene para mi vida. Incluso, mis errores y tropiezos no pueden anular la misericordia de Dios. Y finalmente, me anima el pensamiento que Dios jamás abandonará lo que llama aquí la obra de sus manos. La tentación del enemigo de Dios es hacerme pensar que Dios podría desampararme, perder la paciencia y abandonar su misericordia, cambiando su plan de tal forma que ya no quiera usarme. Pero estas son mentiras que provienen del padre de la mentira. Pero es el Dios de la verdad que nos asegura de sus propósitos y de su fidelidad hacia nosotros. Resistamos la tentación de creer las mentiras y confiemos en la verdad. Pero estas palabras no sólo me dan consuelo, sino también veo en ellas una gran responsibilidad. Ese propósito de Dios demanda un compromiso de mi parte. He de entregarme para cumplir los propósitos de Dios.

Busquemos hoy ser útiles dentro del plan de Dios para nuestras vidas. (David Bell)
«Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.» (Salmo 138:8) Encuentro mucho consuelo en las palabras finales de este salmo. Lo primero que me anima es el pensamiento que Dios tiene un propósito para mí. Que el Dios del cielo tenga planes para mi vida es una demostración de su amor y de su gracia. Lo segundo que me anima es la afirmación que Dios cumplirá ese propósito en mí. El Dios todopoderoso cumplirá su plan. No hay nada ni nadie que pueda impedir o deshacer los planes que Dios tiene para mi vida. Incluso, mis errores y tropiezos no pueden anular la misericordia de Dios. Y finalmente, me anima el pensamiento que Dios jamás abandonará lo que llama aquí la obra de sus manos. La tentación del enemigo de Dios es hacerme pensar que Dios podría desampararme, perder la paciencia y abandonar su misericordia, cambiando su plan de tal forma que ya no quiera usarme. Pero estas son mentiras que provienen del padre de la mentira. Pero es el Dios de la verdad que nos asegura de sus propósitos y de su fidelidad hacia nosotros. Resistamos la tentación de creer las mentiras y confiemos en la verdad. Pero estas palabras no sólo me dan consuelo, sino también veo en ellas una gran responsibilidad. Ese propósito de Dios demanda un compromiso de mi parte. He de entregarme para cumplir los propósitos de Dios. Busquemos hoy ser útiles dentro del plan de Dios para nuestras vidas. (David Bell) read more read less

9 months ago #bell, #biblia, #consuelo, #david, #devocional, #propósito, #salmo, #voluntad