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«Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel:» (1 Crónicas 16:4)

Cuando el rey David trajo el arca a Jerusalén en preparación para el templo que edificaría su hijo, estableció el servicio de los levitas para un culto público. Este versículo nos dice que los levitas ministraban específicamente en tres áreas: recordando, confesando (o mejor, dando gracias; la idea del verbo es levantar las manos en gratitud) y loando a Dios. Los primeros dos verbos son caustivos; en otras palabras, los levitas estaban encargados no sólo de alabar a Dios de manera personal, sino también tenían el ministerio de animar y ayudar al pueblo a recordar todo lo que Dios había hecho por ellos y expresar su gratitud a Dios. Parece ser que estos tres verbos corresponden a tres tipos de salmos: salmos para recordar (ver el título del Salmo 38), salmos de gratitud (ver 9:1) y salmos de alabanza (ver Salmo 146-150 especialmente). Creo que estos tres puntos son especialmente importantes también para nosotros en nuestro culto personal y público a Dios. Tenemos la tendencia de olvidar e ignorar todo lo que Dios ha hecho y está haciendo en nuestras vidas. Así que es importante recordar. Luego debemos dar gracias a Dios por lo que ha permitido y está haciendo en nosotros. Y finalmente debemos alabar a Dios por quien es.

Tomemos tiempo hoy para recordar, dar gracias y alabar a nuestro Dios. (David Bell)
«Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel:» (1 Crónicas 16:4) Cuando el rey David trajo el arca a Jerusalén en preparación para el templo que edificaría su hijo, estableció el servicio de los levitas para un culto público. Este versículo nos dice que los levitas ministraban específicamente en tres áreas: recordando, confesando (o mejor, dando gracias; la idea del verbo es levantar las manos en gratitud) y loando a Dios. Los primeros dos verbos son caustivos; en otras palabras, los levitas estaban encargados no sólo de alabar a Dios de manera personal, sino también tenían el ministerio de animar y ayudar al pueblo a recordar todo lo que Dios había hecho por ellos y expresar su gratitud a Dios. Parece ser que estos tres verbos corresponden a tres tipos de salmos: salmos para recordar (ver el título del Salmo 38), salmos de gratitud (ver 9:1) y salmos de alabanza (ver Salmo 146-150 especialmente). Creo que estos tres puntos son especialmente importantes también para nosotros en nuestro culto personal y público a Dios. Tenemos la tendencia de olvidar e ignorar todo lo que Dios ha hecho y está haciendo en nuestras vidas. Así que es importante recordar. Luego debemos dar gracias a Dios por lo que ha permitido y está haciendo en nosotros. Y finalmente debemos alabar a Dios por quien es. Tomemos tiempo hoy para recordar, dar gracias y alabar a nuestro Dios. (David Bell) read more read less

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