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«conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.» (Filipenses 1:20)

El apóstol Pablo escribe estas palabras desde la carcel sin ninguna garantía de volver a gozar de la libertad que le prometía su ciudadanía romana. No obstante, habla de su anhelo y esperanza. Sorprendentemente, ese gran anhelo y esperanza no era su libertad ni tampoco volver a ver a los suyos, aunque claro está que eso deseaba hacer. Más bien lo que describe aquí como su gran anhelo y esperanza era que Cristo fuese glorificado en su vida terrenal. La forma en que expresa la idea es muy interesante; quiere que Cristo sea magnificado. En todo lo que hacia, Pablo quería que otros vieran algo de la grandeza de Cristo. Ahora bien, Pablo veía dos maneras en que Cristo podría ser magnificado: o por su vida o por su muerte. Sinceramente en este versículo no vemos una preferencia de parte de Pablo. Su único deseo era lograr la meta de exaltar a Cristo. No es fácil vivir de esta manera. Solemos tener tantas metas y propósitos que nos llevan a aferrarnos a nuestras vidas. Pero si con el apóstol tenemos como nuestra mayor meta magnificar a Cristo, estaremos en la posición de vivir y gozar de cada momento y de cada situación en que nos encontramos. Y lo mejor de todo es que si vivimos así, nada, ni la muerte, puede frustrar el propósito de nuestra vida.

Pongamos como meta hoy que Cristo sea magnificado en todo lo que hacemos. (David Bell)
«conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.» (Filipenses 1:20) El apóstol Pablo escribe estas palabras desde la carcel sin ninguna garantía de volver a gozar de la libertad que le prometía su ciudadanía romana. No obstante, habla de su anhelo y esperanza. Sorprendentemente, ese gran anhelo y esperanza no era su libertad ni tampoco volver a ver a los suyos, aunque claro está que eso deseaba hacer. Más bien lo que describe aquí como su gran anhelo y esperanza era que Cristo fuese glorificado en su vida terrenal. La forma en que expresa la idea es muy interesante; quiere que Cristo sea magnificado. En todo lo que hacia, Pablo quería que otros vieran algo de la grandeza de Cristo. Ahora bien, Pablo veía dos maneras en que Cristo podría ser magnificado: o por su vida o por su muerte. Sinceramente en este versículo no vemos una preferencia de parte de Pablo. Su único deseo era lograr la meta de exaltar a Cristo. No es fácil vivir de esta manera. Solemos tener tantas metas y propósitos que nos llevan a aferrarnos a nuestras vidas. Pero si con el apóstol tenemos como nuestra mayor meta magnificar a Cristo, estaremos en la posición de vivir y gozar de cada momento y de cada situación en que nos encontramos. Y lo mejor de todo es que si vivimos así, nada, ni la muerte, puede frustrar el propósito de nuestra vida. Pongamos como meta hoy que Cristo sea magnificado en todo lo que hacemos. (David Bell) read more read less

9 months ago #bell, #biblia, #david, #devocional, #filipenses, #glorificar, #propósito