00:00
02:30
«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.» (Efesios 5:1-2)

Es natural que un hijo sea semejante a su padre. Aparte de la genética que nos une a nuestros padres, nos hemos crecido observándolos. Aunque no quieras, es normal que empieces a actuar e incluso sonar como tu padre o tu madre. Aquí Pablo nos anima a actuar como amados hijos e imitar a nuestro Padre celestial. Pero ¿qué significa para Pablo que imitemos a Dios? Obviamente, no podemos imitar el poder del Creador del universo. El versículo siguiente contesta esta pregunta. Debemos andar en amor. Dios nos ama, algo innegable cuando contemplamos a Cristo: el que Dios envió, se entregó a sí mismo por nosotros como un sacrificio agradable ante Dios. Más adelante en el capítulo, nos hablará del amor de los esposos hacia sus esposas, aprovechando ese mismo ejemplo. Pero aquí el pensamiento es mucho más genérico. Debemos vivir el amor como un sacrificio agradable ante Dios. Todo empieza con nuestro amor hacia Dios. Él merece todo nuestro amor y entrega. Pero continúa con nuestro amor hacia el prójimo. Debemos reflejar el amor de Dios hacia los que nos rodean.

Hoy tenemos la oportunidad de poner en práctica esta verdad. Debemos amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Así seremos imitadores de Dios. (David Bell)
«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.» (Efesios 5:1-2) Es natural que un hijo sea semejante a su padre. Aparte de la genética que nos une a nuestros padres, nos hemos crecido observándolos. Aunque no quieras, es normal que empieces a actuar e incluso sonar como tu padre o tu madre. Aquí Pablo nos anima a actuar como amados hijos e imitar a nuestro Padre celestial. Pero ¿qué significa para Pablo que imitemos a Dios? Obviamente, no podemos imitar el poder del Creador del universo. El versículo siguiente contesta esta pregunta. Debemos andar en amor. Dios nos ama, algo innegable cuando contemplamos a Cristo: el que Dios envió, se entregó a sí mismo por nosotros como un sacrificio agradable ante Dios. Más adelante en el capítulo, nos hablará del amor de los esposos hacia sus esposas, aprovechando ese mismo ejemplo. Pero aquí el pensamiento es mucho más genérico. Debemos vivir el amor como un sacrificio agradable ante Dios. Todo empieza con nuestro amor hacia Dios. Él merece todo nuestro amor y entrega. Pero continúa con nuestro amor hacia el prójimo. Debemos reflejar el amor de Dios hacia los que nos rodean. Hoy tenemos la oportunidad de poner en práctica esta verdad. Debemos amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Así seremos imitadores de Dios. (David Bell) read more read less

2 years ago #amor, #bell, #biblia, #david, #devocional, #efesios