00:00
02:30
«Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.» (2 Corintios 5:21)

Encontramos en este texto un resumen perfecto del evangelio. Nosotros, pecadores alejados de nuestro Creador por nuestras rebeliones, no podemos hacer nada para deshacer nuestro pecado contra Dios, pero lo que es más, incluso seguimos pecando contra Él, añadiendo más pecados y alejándonos aún más. En medio de esta escena sin esperanza, entra Cristo. La solución de nuestro dilema no se encuentra en nuestras manos, como enseñan las religiones del mundo. Más bien, Dios envió a su Hijo para ser un sustituto. En la cruz al que no conoció pecado lo hizo pecado. Jesús, que no había pecado nunca, tomó sobre sí todos nuestros pecados, tal como había descrito el profeta Isaías seis siglos antes del nacimiento de Jesús. Cuando Cristo clamó aquella famosa frase, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? estaba sufriendo las consecuencias de nuestros pecados para que nosotros podríamos ser transformados en justos delante de Dios. El primer y único Justo para pisar la faz de esta tierra desde el pecado de Adán fue castigado como un pecador para que pecadores arrepentidos podamos ser hechos justos por fe en Él. ¡Sólo Dios podría obrar una salvación tan grande! Pero el mensaje de esta salvación lo ha puesto Dios en nuestras manos para que lo compartamos con el mundo.

Estemos preparados hoy para vivir y compartir este mensaje ante todos los que hoy nos verán. Es nuestro privilegio y obligación. (David Bell)
«Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.» (2 Corintios 5:21) Encontramos en este texto un resumen perfecto del evangelio. Nosotros, pecadores alejados de nuestro Creador por nuestras rebeliones, no podemos hacer nada para deshacer nuestro pecado contra Dios, pero lo que es más, incluso seguimos pecando contra Él, añadiendo más pecados y alejándonos aún más. En medio de esta escena sin esperanza, entra Cristo. La solución de nuestro dilema no se encuentra en nuestras manos, como enseñan las religiones del mundo. Más bien, Dios envió a su Hijo para ser un sustituto. En la cruz al que no conoció pecado lo hizo pecado. Jesús, que no había pecado nunca, tomó sobre sí todos nuestros pecados, tal como había descrito el profeta Isaías seis siglos antes del nacimiento de Jesús. Cuando Cristo clamó aquella famosa frase, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? estaba sufriendo las consecuencias de nuestros pecados para que nosotros podríamos ser transformados en justos delante de Dios. El primer y único Justo para pisar la faz de esta tierra desde el pecado de Adán fue castigado como un pecador para que pecadores arrepentidos podamos ser hechos justos por fe en Él. ¡Sólo Dios podría obrar una salvación tan grande! Pero el mensaje de esta salvación lo ha puesto Dios en nuestras manos para que lo compartamos con el mundo. Estemos preparados hoy para vivir y compartir este mensaje ante todos los que hoy nos verán. Es nuestro privilegio y obligación. (David Bell) read more read less

2 years ago #2corintios, #bell, #biblia, #david, #devocional, #evangelio