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«Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.» (Juan 6:26)

Jesús sabía perfectamente porque venía la gente a escucharle. Tristemente para muchos no era por las verdades que les enseñaba sobre el reino de Dios. Fíjate incluso que por lo menos en esta ocasión ni era para ver un milagro, aunque tampoco hubiera sido una motivación muy buena. Era sencillamente para llenar sus barrigas. Habían comido de los panes y peces del niño y ahora acudían para volver a saciar su hambre física. Todos enfrentamos esta misma tentación. Nos es fácil acudir a Dios sencillamente para saciar nuestras necesidades físicas. Pero Jesús aquí nos recuerda que hay cosas incluso más importantes que el pan nuestro de cada día No debemos acercarnos a Dios para obtener ventajas ni tampoco para tener una experiencia excepcional. Más bien debemos buscarle para que nos dé lo que verdaderamente necesitamos: la comida que a vida eterna permanece (27). Debemos vivir nuestra vida para la gloria de Dios, buscando que Dios sea glorificado en todo lo que hacemos. Ahora bien, es imposible que un pecador perdido glorifique a Dios si no es por medio de la transformación de su Corazón por la obra de Cristo en la cruz.

Busquemos hoy venir a Cristo, no para lo que nos pueda dar, sino para darle la gloria que Él merece. (David Bell)
«Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.» (Juan 6:26) Jesús sabía perfectamente porque venía la gente a escucharle. Tristemente para muchos no era por las verdades que les enseñaba sobre el reino de Dios. Fíjate incluso que por lo menos en esta ocasión ni era para ver un milagro, aunque tampoco hubiera sido una motivación muy buena. Era sencillamente para llenar sus barrigas. Habían comido de los panes y peces del niño y ahora acudían para volver a saciar su hambre física. Todos enfrentamos esta misma tentación. Nos es fácil acudir a Dios sencillamente para saciar nuestras necesidades físicas. Pero Jesús aquí nos recuerda que hay cosas incluso más importantes que el pan nuestro de cada día No debemos acercarnos a Dios para obtener ventajas ni tampoco para tener una experiencia excepcional. Más bien debemos buscarle para que nos dé lo que verdaderamente necesitamos: la comida que a vida eterna permanece (27). Debemos vivir nuestra vida para la gloria de Dios, buscando que Dios sea glorificado en todo lo que hacemos. Ahora bien, es imposible que un pecador perdido glorifique a Dios si no es por medio de la transformación de su Corazón por la obra de Cristo en la cruz. Busquemos hoy venir a Cristo, no para lo que nos pueda dar, sino para darle la gloria que Él merece. (David Bell) read more read less

6 months ago #bell, #biblia, #david, #devocional, #glorificar, #juan