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«mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.» (Lucas 22:26)

Cuando observamos la participación de los doce discípulos en el ministerio terrenal de Jesús, lo que más destaca es el trecho entre su visión del ministerio y la de Jesús. Mientras ellos discutían entre sí sobre quién realmente sería el mayor en el reino de Dios, Jesús predicaba justo lo opuesto. Les habló humillarse, mostrar respeto hacia los demás como si fueran el más jóven del grupo, servir a los demás como un esclavo. No sé como escuchaban estas palabras, pero de alguna manera, perdieron de vista completamente lo que Jesús les estaba enseñando. Pero lejos de sencillamente predicar estas palabras, Jesús de verdad las vivía. El Hijo de Dios vino a este mundo para humillarse y servir a 12 hombres sencillos. El Rey de reyes entregó su vida para salvar a pecadores como tú y yo. Esta enseñanza del Salvador continúa en los evangelios. Pablo enseña a los Filipenses sobre la necesidad de emular la mentalidad de Cristo tratando a los demás como más valiosos que nosotros mismos (Fil. 2:3-4).

Si estábamos tentados de quejarnos de esta enseñanza de Cristo como algo imposible, el ejemplo de Cristo cierra todo debate. El Espíritu de Dios puede producir esta misma actitud en nosotros que hubo también en Cristo Jesús. Que Dios nos ayude a tener ojos de siervos para que nos pueda usar para su gloria. (David Bell)
«mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.» (Lucas 22:26) Cuando observamos la participación de los doce discípulos en el ministerio terrenal de Jesús, lo que más destaca es el trecho entre su visión del ministerio y la de Jesús. Mientras ellos discutían entre sí sobre quién realmente sería el mayor en el reino de Dios, Jesús predicaba justo lo opuesto. Les habló humillarse, mostrar respeto hacia los demás como si fueran el más jóven del grupo, servir a los demás como un esclavo. No sé como escuchaban estas palabras, pero de alguna manera, perdieron de vista completamente lo que Jesús les estaba enseñando. Pero lejos de sencillamente predicar estas palabras, Jesús de verdad las vivía. El Hijo de Dios vino a este mundo para humillarse y servir a 12 hombres sencillos. El Rey de reyes entregó su vida para salvar a pecadores como tú y yo. Esta enseñanza del Salvador continúa en los evangelios. Pablo enseña a los Filipenses sobre la necesidad de emular la mentalidad de Cristo tratando a los demás como más valiosos que nosotros mismos (Fil. 2:3-4). Si estábamos tentados de quejarnos de esta enseñanza de Cristo como algo imposible, el ejemplo de Cristo cierra todo debate. El Espíritu de Dios puede producir esta misma actitud en nosotros que hubo también en Cristo Jesús. Que Dios nos ayude a tener ojos de siervos para que nos pueda usar para su gloria. (David Bell) read more read less

7 months ago #bell, #biblia, #david, #devocional, #humildad, #lucas, #servir