«Si mis pasos se apartaron del camino,
Si mi corazón se fue tras mis ojos,
Y si algo se pegó a mis manos, ...» (Job 31:7)
En esta parte del discurso Job defiende su integridad ante sus amigos. Admite que si hubiera pecado contra Dios, merecería castigo. Pero lo que me llama la atención es como describe el pecado. Muchas veces nosotros describimos el pecado en términos generales, pero aquí Job dice que el pecado es apartarse del camino, es seguir los ojos, es algo (lit. Impureza) que se pega a su mano. Para Job, el pecado empieza con los deseos del corazón y hace que nos desviemos de los caminos de Dios para ensuciarnos en el pecado. Job no vivía por el deseo del ojo. Entendía la necesidad de guardar sus ojos y proteger su corazón. No jugaba con el pecado porque sabía que la impureza podía pegarse a él y llevarle a desviarse del camino.
Es importante que nosotros también tomemos en serio el pecado. Guardemos el corazón cuidando los que miran nuestros ojos. (David Bell)
«Si mis pasos se apartaron del camino,
Si mi corazón se fue tras mis ojos,
Y si algo se pegó a mis manos, ...» (Job 31:7)
En esta parte del discurso Job defiende su integridad ante sus amigos. Admite que si hubiera pecado contra Dios, merecería castigo. Pero lo que me llama la atención es como describe el pecado. Muchas veces nosotros describimos el pecado en términos generales, pero aquí Job dice que el pecado es apartarse del camino, es seguir los ojos, es algo (lit. Impureza) que se pega a su mano. Para Job, el pecado empieza con los deseos del corazón y hace que nos desviemos de los caminos de Dios para ensuciarnos en el pecado. Job no vivía por el deseo del ojo. Entendía la necesidad de guardar sus ojos y proteger su corazón. No jugaba con el pecado porque sabía que la impureza podía pegarse a él y llevarle a desviarse del camino.
Es importante que nosotros también tomemos en serio el pecado. Guardemos el corazón cuidando los que miran nuestros ojos. (David Bell)
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