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Esdras-095 Carta al rey

Esdras-095 Carta al rey
May 22, 2023 · 9m 12s

Cuando uno tiene que defender su causa ante alguien, sobre todo si ese alguien es una persona con autoridad, puede parecer difícil expresarse. Vemos en Esdras un ejemplo de cómo...

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Cuando uno tiene que defender su causa ante alguien, sobre todo si ese alguien es una persona con autoridad, puede parecer difícil expresarse. Vemos en Esdras un ejemplo de cómo Dios ayudó a Zorobabel y los otros líderes del pueblo de Israel que estaban construyendo el templo a defender su causa para poder hacer aquello que Dios les había pedido que hicieran. Habían tenido que interrumpir la obra a a causa de la oposición de algunos gobernantes.

Nos cuenta el capítulo 4 que los enemigos del pueblo de Israel, aquellos que habían poblado la tierra mientras los de Judá habían habitado en cautividad en tierra de los caldeos, vinieron a los que estaban construyendo el templo después que estos ya habían establecido los cimientos y acumulado los materiales, y les pidieron que les dejaran construir el templo con ellos. Zorobabel y los otros líderes respondieron con una negativa, explicando que construirían el templo ellos solos. Entonces “el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificaran. Nos narra el texto que sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.”

Así que vemos que durante años, la obra del templo estuvo parada a causa de los que habían conspirado contra ellos, y luego no encontraron el momento de retomar la obra que Dios les había mandado.

Dios envió a Hageo y Zacarías para que hablaran palabra de Dios a Zorobabel para que retomaran la obra de la edificación de la casa de Jehová en Jerusalem. Retomaron la obra, y enseguida vinieron los oficiales para cuestionar lo que estaban haciendo. Zorobabel y los otros que estaban con él nunca hablaron de manera despectiva a las autoridades ni se rebelaron contra ellos, sino que les explicaron lo que había sucedido y que el rey Ciro les había dado permiso y materiales para construir templo a Dios. Y vemos que Dios los protegió y les permitió hacer lo que era justo que hicieran.

Dice el texto, que “los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío (el que era rey en ese entonces sobre Babilonia). No les hicieron parar la obra.

Rehum el canciller, Simsai secretario, y los demás compañeros suyos enviaron carta al rey, la cual decía: “Al rey Darío toda paz. Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera en sus manos. Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio orden para edificar esta casa y para levantar estos muros? Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los hombres que estaban a la cabeza de ellos. Y nos respondieron diciendo así:

Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había sido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey de Israel. Mas después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevó cautivo al pueblo a Babilonia. Pero en el año primero de Ciro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que esta casa de Dios fuese reedificada. También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador; y le dijo: Toma estos utensilios, ve, y llévalos al templo que está en Jerusalén; y sea reedificada la casa de Dios en su lugar.
Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está concluida.
Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro había sido dada la orden para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén, y se nos envíe a decir la voluntad del rey sobre esto.

Este fue el informe que el gobernador de la tierra en Judea escribió al rey Darío después de haber hablado con los responsables de la obra del templo.

Dario el rey, al recibir la carta, buscó y encontró las memorias del decreto del rey Ciro en la provincia de Media (recuerda que estamos hablando del imperio MedoPersa) . Ciro había especificado muchos detalles, incluyendo el tamaño del templo y los utensilios del antiguo templo que habían sido llevados para ser usados en la construcción del nuevo templo. Entonces Darío contestó a la carta del gobernador lo siguiente:
“Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar. Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra. Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno, para que ofrezcan sacrificios agradables al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos.” “

También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto. Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente.”


¡Qué bendición! Dice el último versículo del capítulo 6 que “había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.” Ellos habían dejado a un lado por un tiempo la obra que habían venido a hacer a causa de la oposición, mas Dios había puesto a este nuevo rey que los vió de manera favorable. Dios sabía que era el momento, había abierto la puerta de nuevo de par en par, para que pudieran acabar la obra del templo.

¿Te encuentras tú en una situación en la que sientes oposición para hacer aquello que Dios te está pidiendo que hagas? Ponlo en las manos del Señor para ver cual es Su voluntad. Si estás dispuesto a obedecer, Dios abrirá el camino para que puedas dar el siguiente paso. No sé lo que será que Dios te está llamando a hacer. Puede que sea que te quieres preparar mejor para servir a Dios, que quieres hacer algo para la obra de Dios, que quieres ir a algún lugar a compartir la Palabra. No sé lo que es, pero si es la voluntad de Dios, y tú estás dispuesta a obedecer, él puede hacer que las autoridades en tu vida vean tu proyecto de manera favorable para que puedas continuar. ¿Por qué no lo pones en oración hoy mismo y le pides Su bendición? Que Dios te de la actitud correcta y las palabras adecuadas para presentar tu caso ante aquellos que han de tomar las decisiones. Que el Señor te guíe y te abra las puertas necesarias.
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Author David y Maribel
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