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Exodo 1: 15-17: Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.
¿Has escuchado estos nombres alguna vez? No son comunes, pero me gusta el hecho de que Dios los incluya en Su Palabra, porque estas dos mujeres se negaron a hacer el mal a pesar de poner en riesgo sus propias vidas, y salvaron a los bebés de los hebreos en tierras de Egipto.
Como hemos visto, Faraón estaba dispuesto a deshacerse de los israelitas como fuera, por lo que pidió a las parteras que mataran a los varones hebreos durante el parto y dejaran a las niñas con vida. Mas nos dice Éxodo 1:17 “Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.”
Fueron valientes y defendieron la vida a pesar de las consecuencias que pudieran haber tenido. Además, lo hicieron de una forma muy astuta. En lugar de enfrentarse a malas con Faraón, idearon un plan alternativo. Parece ser que se dedicaron a buscar a las madres embarazadas y enseñaron a las familias a atender el parto ellos mismos, para poder decirle a Faraón que las mujeres hebreas tenían los niños antes que ellas llegaran.
Y nos cuenta Éxodo 1:20-21 que “Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.”
Me hace pensar en lo que Jesús dijo a sus discípulos en Mateo 10:16“sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.”
Tristemente, Faraón acaba dando carta blanca a todo el pueblo de Egipto para que echen al rio a cualquier bebé varón que encuentren. Es por eso que vemos a los padres de Moisés escondiendo al niño al nacer durante tres meses. Ellos también actuaron sabiamente para proteger a este bebé que sería usado por Dios.
Leemos la historia en Éxodo 2. Cuenta que su padre, “no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?
María, hermana de Moisés, fue a llamar a a su madre, a la cual dijo la hija de Faraón: “Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió.”Éxodo 2:3-7, 9
Increíble, Dios lo arregla todo como solo Él puede. No solo se salva El Niño, sino que su madre lo llega a cuidar; y encima le pagan!! Las que hemos cogido tiempo para quedarnos en casa y cuidar a nuestros hijos, hemos tenido que elegir estar con nuestros hijos más tiempo y ganar un sueldo. Sin embargo, vemos que el Señor le permite a Jocabed cobrar por cuidar a su hijo durante su niñez.
De este modo, Moisés pasó sus años más tiernos con su familia, aprendiendo de Dios, y cuando llegó a una cierta edad, fue a vivir al palacio con la hermana de Faraón, que lo había adoptado. Allí aprendería con los mejores maestros del mundo, la ciencia más avanzada del momento. Dios preparó a Moisés para representar a su pueblo en la presencia del Faraón.
Repasemos rápidamente los personajes que fueron imprescindibles para que la historia llegara a un buen final. Sifra y Fúa hicieron posible que Moisés viviera, defendiendo la vida de los bebés hebreos en contra de las ordenanzas de Faraón. Los padres de Moisés escondieron a Moisés, enfrentándose a peligros, y confiaron en Dios al mandar a su bebé rio abajo. La hermana de Moisés fue valiente al obedecer a sus padres y seguir la barquilla con Moisés hasta que la encontró la hermana de Faraón, y luego se expuso, ofreciendo a su madre como nodriza. Sin duda, Dios movió cada hilo en la historia, pero usó a personas dispuestas a exponerse a algún peligro por la causa de Dios.
¿Qué te está pidiendo Dios que hagas? Estamos dispuestas a obedecer en el papel que Dios nos ha dado? Puede parecer poco transcendente, pero en el gran plan de Dios, puede marcar la diferencia.
Exodo 1: 15-17: Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. ¿Has escuchado estos nombres alguna vez? No son comunes, pero me gusta el hecho de que Dios los incluya en Su Palabra, porque estas dos mujeres se negaron a hacer el mal a pesar de poner en riesgo sus propias vidas, y salvaron a los bebés de los hebreos en tierras de Egipto. Como hemos visto, Faraón estaba dispuesto a deshacerse de los israelitas como fuera, por lo que pidió a las parteras que mataran a los varones hebreos durante el parto y dejaran a las niñas con vida. Mas nos dice Éxodo 1:17 “Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.” Fueron valientes y defendieron la vida a pesar de las consecuencias que pudieran haber tenido. Además, lo hicieron de una forma muy astuta. En lugar de enfrentarse a malas con Faraón, idearon un plan alternativo. Parece ser que se dedicaron a buscar a las madres embarazadas y enseñaron a las familias a atender el parto ellos mismos, para poder decirle a Faraón que las mujeres hebreas tenían los niños antes que ellas llegaran. Y nos cuenta Éxodo 1:20-21 que “Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.” Me hace pensar en lo que Jesús dijo a sus discípulos en Mateo 10:16“sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” Tristemente, Faraón acaba dando carta blanca a todo el pueblo de Egipto para que echen al rio a cualquier bebé varón que encuentren. Es por eso que vemos a los padres de Moisés escondiendo al niño al nacer durante tres meses. Ellos también actuaron sabiamente para proteger a este bebé que sería usado por Dios. Leemos la historia en Éxodo 2. Cuenta que su padre, “no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? María, hermana de Moisés, fue a llamar a a su madre, a la cual dijo la hija de Faraón: “Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió.”Éxodo 2:3-7, 9 Increíble, Dios lo arregla todo como solo Él puede. No solo se salva El Niño, sino que su madre lo llega a cuidar; y encima le pagan!! Las que hemos cogido tiempo para quedarnos en casa y cuidar a nuestros hijos, hemos tenido que elegir estar con nuestros hijos más tiempo y ganar un sueldo. Sin embargo, vemos que el Señor le permite a Jocabed cobrar por cuidar a su hijo durante su niñez. De este modo, Moisés pasó sus años más tiernos con su familia, aprendiendo de Dios, y cuando llegó a una cierta edad, fue a vivir al palacio con la hermana de Faraón, que lo había adoptado. Allí aprendería con los mejores maestros del mundo, la ciencia más avanzada del momento. Dios preparó a Moisés para representar a su pueblo en la presencia del Faraón. Repasemos rápidamente los personajes que fueron imprescindibles para que la historia llegara a un buen final. Sifra y Fúa hicieron posible que Moisés viviera, defendiendo la vida de los bebés hebreos en contra de las ordenanzas de Faraón. Los padres de Moisés escondieron a Moisés, enfrentándose a peligros, y confiaron en Dios al mandar a su bebé rio abajo. La hermana de Moisés fue valiente al obedecer a sus padres y seguir la barquilla con Moisés hasta que la encontró la hermana de Faraón, y luego se expuso, ofreciendo a su madre como nodriza. Sin duda, Dios movió cada hilo en la historia, pero usó a personas dispuestas a exponerse a algún peligro por la causa de Dios. ¿Qué te está pidiendo Dios que hagas? Estamos dispuestas a obedecer en el papel que Dios nos ha dado? Puede parecer poco transcendente, pero en el gran plan de Dios, puede marcar la diferencia. read more read less

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