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Contrastes en la Biblia

Puede que hayas estado pensando mientras hablábamos de la luz y las tinieblas, que la Biblia trata otros contrastes que nos ayudan a discernir entre aquello que nos acerca a Dios y aquello que nos aleja de Él.
Demos un paseo por las Escrituras para contrastar algunos de estos:

En el principio, en Génesis 1 leemos que Dios hizo la luz, y separó la luz de las tinieblas. Y hemos visto ya, en diferentes textos a través de la Biblia que Dios es luz, y que el que le sigue no anda en tinieblas. No es posible vivir en la luz y en las tinieblas al mismo tiempo. En Cristo no hay tinieblas. Y porque Él es la luz del mundo, nosotros también podemos ser la luz del mundo en Él.

Veamos otros contrastes: Deuteronomio 30:15 vemos otro dos contrastes; dice “Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal;” Y en Jeremías 21:8: `He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.” No podemos andar por la vida y la muerte; no podemos escoger al mismo tiempo el bien y el mal. Escojamos hoy la vida, escojamos el bien que Dios nos da.

Encontramos en Ezequiel, Juan, Romanos, Corintios, Gálatas el contraste entre la carne y el Espíritu. Tomaremos más tiempo para estudiar este contraste que presenta Dios en múltiple textos. Es diferente de los anteriores porque en un cuerpo humano la carne y el Espíritu han de coexistir mientras vivamos. Cuando Dios nos creó, nos creó cuerpo y alma. Nuestra alma es la que da vida a nuestro cuerpo mortal, y el cuerpo es el que sirve al alma. En el momento en que conocemos a Cristo, su Espíritu santo viene a morar en nuestro cuerpo físico también. Y durante nuestro tiempo en la tierra, Dios nos pide que miremos más bien por el bienestar del alma, viviendo en el Espíritu, y no satisfaciendo los deseos de la carne. 2 Corintios 10:3 dice que aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.” Tenemos al Espíritu de poder en nosotros.

Del mismo modo vemos un contraste entre el viejo hombre y el nuevo hombre. Cuando conocemos a Cristo y llegamos a ser una nueva criatura, nuestro viejo hombre no desaparece por completo. Sería fantástico si lo hiciera. Pero las buenas noticias es que el viejo hombre desaparecerá, cuando en el momento de la glorificación seamos transformados. Entonces solo permanecerá lo nuevo, pues lo viejo ya habrá pasado. En esta vida debemos hacer morir la carne, despojarnos del viejo hombre, viviendo en alerta constante para vivir en el Espíritu, agradando a Dios. Mas llegará el día en que esta lucha no será más, y podremos disfrutar una eternidad de completa paz con el Salvador.

Observamos en el antiguo y el nuevo testamento el contraste entre el sabio y el necio, y se nos anima a buscar la sabiduría, porque como la luz y las tinieblas, la sabiduría echa fuera la necedad. Vemos también las cosas que son de arriba y aquellas que son de la tierra, las divinas y las diabólicas, que no provienen de Dios.

Al contrastar opuestos, podemos aprender a separar aquellas cosas que Dios odia de aquellas que lo glorifican. La muerte y la vida, la carne y el Espíritu, el viejo hombre y el nuevo hombre, las cosas de la tierra y las cosas de arriba, la necedad y la sabiduría, y seguro que puedes encontrar otras más que muestran un contraste entre lo que es del mundo y lo que es de Dios.

Escojamos hoy a Cristo, el camino de salvación; escojamos hoy la vida, y vivamos para glorificar a Dios.
Contrastes en la Biblia Puede que hayas estado pensando mientras hablábamos de la luz y las tinieblas, que la Biblia trata otros contrastes que nos ayudan a discernir entre aquello que nos acerca a Dios y aquello que nos aleja de Él. Demos un paseo por las Escrituras para contrastar algunos de estos: En el principio, en Génesis 1 leemos que Dios hizo la luz, y separó la luz de las tinieblas. Y hemos visto ya, en diferentes textos a través de la Biblia que Dios es luz, y que el que le sigue no anda en tinieblas. No es posible vivir en la luz y en las tinieblas al mismo tiempo. En Cristo no hay tinieblas. Y porque Él es la luz del mundo, nosotros también podemos ser la luz del mundo en Él. Veamos otros contrastes: Deuteronomio 30:15 vemos otro dos contrastes; dice “Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal;” Y en Jeremías 21:8: `He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.” No podemos andar por la vida y la muerte; no podemos escoger al mismo tiempo el bien y el mal. Escojamos hoy la vida, escojamos el bien que Dios nos da. Encontramos en Ezequiel, Juan, Romanos, Corintios, Gálatas el contraste entre la carne y el Espíritu. Tomaremos más tiempo para estudiar este contraste que presenta Dios en múltiple textos. Es diferente de los anteriores porque en un cuerpo humano la carne y el Espíritu han de coexistir mientras vivamos. Cuando Dios nos creó, nos creó cuerpo y alma. Nuestra alma es la que da vida a nuestro cuerpo mortal, y el cuerpo es el que sirve al alma. En el momento en que conocemos a Cristo, su Espíritu santo viene a morar en nuestro cuerpo físico también. Y durante nuestro tiempo en la tierra, Dios nos pide que miremos más bien por el bienestar del alma, viviendo en el Espíritu, y no satisfaciendo los deseos de la carne. 2 Corintios 10:3 dice que aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.” Tenemos al Espíritu de poder en nosotros. Del mismo modo vemos un contraste entre el viejo hombre y el nuevo hombre. Cuando conocemos a Cristo y llegamos a ser una nueva criatura, nuestro viejo hombre no desaparece por completo. Sería fantástico si lo hiciera. Pero las buenas noticias es que el viejo hombre desaparecerá, cuando en el momento de la glorificación seamos transformados. Entonces solo permanecerá lo nuevo, pues lo viejo ya habrá pasado. En esta vida debemos hacer morir la carne, despojarnos del viejo hombre, viviendo en alerta constante para vivir en el Espíritu, agradando a Dios. Mas llegará el día en que esta lucha no será más, y podremos disfrutar una eternidad de completa paz con el Salvador. Observamos en el antiguo y el nuevo testamento el contraste entre el sabio y el necio, y se nos anima a buscar la sabiduría, porque como la luz y las tinieblas, la sabiduría echa fuera la necedad. Vemos también las cosas que son de arriba y aquellas que son de la tierra, las divinas y las diabólicas, que no provienen de Dios. Al contrastar opuestos, podemos aprender a separar aquellas cosas que Dios odia de aquellas que lo glorifican. La muerte y la vida, la carne y el Espíritu, el viejo hombre y el nuevo hombre, las cosas de la tierra y las cosas de arriba, la necedad y la sabiduría, y seguro que puedes encontrar otras más que muestran un contraste entre lo que es del mundo y lo que es de Dios. Escojamos hoy a Cristo, el camino de salvación; escojamos hoy la vida, y vivamos para glorificar a Dios. read more read less

7 months ago #cielo, #escojed, #luz, #muerte, #necedad, #nuevo, #sabiduría, #tierra, #tinieblas, #vida, #viejo