A Quito desde Medellín, llegó una mujer de mediana edad que acudía al llamado de un grupo de abogados y empresarios pertenecientes a un cerrado círculo de conocidos que la traían con todos los gastos pagados a que les leyera las cartas por su fama en la visión del futuro, a través de las barajas. Bertha Elena es una cartomántica de fama internacional de perfil bajo y muy discreta que no gusta de las luminarias y la farándula y reconoce haber leído el tarot a ministros, jueces fiscales, en Colombia y en Ecuador y fue incluso la vidente personal del conocido narco traficante Pablo Escobar Gaviria.
A Quito desde Medellín, llegó una mujer de mediana edad que acudía al llamado de un grupo de abogados y empresarios pertenecientes a un cerrado círculo de conocidos que la traían con todos los gastos pagados a que les leyera las cartas por su fama en la visión del futuro, a través de las barajas. Bertha Elena es una cartomántica de fama internacional de perfil bajo y muy discreta que no gusta de las luminarias y la farándula y reconoce haber leído el tarot a ministros, jueces fiscales, en Colombia y en Ecuador y fue incluso la vidente personal del conocido narco traficante Pablo Escobar Gaviria.
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