Diciembre es el mes de todos los años, en que el diablo sale derrotado. Nadie le hace mucho caso, por estar impregnado el ambiente de la Gloria bajada del Cielo, que es la Navidad.

Aunque se esfuerza en recuperar su influencia, el diablo, que odia al Redentor desde el principio de la Historia, no puede competir con el espíritu navideño.

En este tiempo, el hombre es más propenso a la virtud, a ejercer su lado bueno ante los demás, por las campanas, la música y la algarabía que provoca esta afortunada espera de celebrar el Nacimiento de Cristo Jesús, el Dios hecho Hombre ... el acontecimiento más saludable para los hombres de buena voluntad ... donde se canta el Gloria en toda su denominación.

Esto, por supuesto le causa enojo, rabia y desesperación al diablo, pero calla porque sabe que no puede sabotear la Navidad ... pero confía en hacer de las suyas los once meses restantes del calendario.

Así que ¡alerta! ... que el diablo tiene el resto del año para causarte daño. Quiere llevarte a su reino de dolor y desesperación para desquitarse de la rabia por no poder festejar la Navidad.