Yo no puedo sentir por usted. No puedo pensar por usted. No puedo comportarme por usted. No puedo experimentar la decepción que los límites le producen.
Cada vez que no amemos a los demás, no estamos asumiendo la plena responsabilidad por nosotros mismos.
Yo no puedo sentir por usted. No puedo pensar por usted. No puedo comportarme por usted. No puedo experimentar la decepción que los límites le producen.
Cada vez que no amemos a los demás, no estamos asumiendo la plena responsabilidad por nosotros mismos.
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Yo no puedo sentir por usted. No puedo pensar por usted. No puedo comportarme por usted. No puedo experimentar la decepción que los límites le producen.
Cada vez que no amemos a los demás, no estamos asumiendo la plena responsabilidad por nosotros mismos.
Yo no puedo sentir por usted. No puedo pensar por usted. No puedo comportarme por usted. No puedo experimentar la decepción que los límites le producen.
Cada vez que no amemos a los demás, no estamos asumiendo la plena responsabilidad por nosotros mismos.
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La responsabilidad comprende el amarse mutuamente. Cada vez que no amamos a los demás, no estamos asumiendo la plena responsabilidad por nosotros mismos. Yo no puedo sentir por los demás. No puedo pensar por los demás. No puedo comportarme por los demás.