En la Antigua Roma, antes de que se celebrara la Navidad, se llevaba a cabo la fiesta de la Saturnalia, entre el 17 y el 24 de diciembre. Durante estos días se honraba a Saturno, dios de la agricultura, con grandes banquetes y se intercambiaban regalos a las personas queridas. Los niños recibían muñecos de arcilla y se intercambiaban pasteles y dulces hechos en casa.