En el alma está la mente, emociones y voluntad y muchas veces nos enfocamos en los problemas permitiendo que el alma nos domine con emociones negativos y pensamientos de derrota. Por eso, el salmista nos enseña a enseñarle al alma a alabar a Dios y a recordar cada uno de los beneficios que hemos recibido de nuestro Padre Celestial, sabiendo que Dios ha sido bueno y es Todopoderoso, más grande que cualquier problema que enfrentemos.
En el alma está la mente, emociones y voluntad y muchas veces nos enfocamos en los problemas permitiendo que el alma nos domine con emociones negativos y pensamientos de derrota. Por eso, el salmista nos enseña a enseñarle al alma a alabar a Dios y a recordar cada uno de los beneficios que hemos recibido de nuestro Padre Celestial, sabiendo que Dios ha sido bueno y es Todopoderoso, más grande que cualquier problema que enfrentemos.
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En el alma está la mente, emociones y voluntad y muchas veces nos enfocamos en los problemas permitiendo que el alma nos domine con emociones negativos y pensamientos de derrota. Por eso, el salmista nos enseña a enseñarle al alma a alabar a Dios y a recordar cada uno de los beneficios que hemos recibido de nuestro Padre Celestial, sabiendo que Dios ha sido bueno y es Todopoderoso, más grande que cualquier problema que enfrentemos.
En el alma está la mente, emociones y voluntad y muchas veces nos enfocamos en los problemas permitiendo que el alma nos domine con emociones negativos y pensamientos de derrota. Por eso, el salmista nos enseña a enseñarle al alma a alabar a Dios y a recordar cada uno de los beneficios que hemos recibido de nuestro Padre Celestial, sabiendo que Dios ha sido bueno y es Todopoderoso, más grande que cualquier problema que enfrentemos.
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Dios quiere que lo alabemos en todo momento y a veces tenemos que recordarle eso a nuestra alma (mente, emociones y voluntad) porque las emociones quieren dominarnos con pensamientos negativos comportamientos que nos enfocan solamente en los probemas cotidianos.